Cómo navegar un tradeoff
¿Qué es un "tradeoff"?
Un tradeoff es la razón por la que nunca tendrás el coche más mejor del mundo mundial.
Si fuéramos a definir qué hace que un coche sea mejor, se nos ocurren enseguida cosas que son preferibles en un coche. Por ejemplo:
Que sea espacioso
Que sea rápido
Que gaste poco
Que sea cómodo
Que sea seguro
Que sea fácil de aparcar
Que sea bonito
Que sea barato
Esto suena a la lista de deseos que un niño le escribe a los Reyes Magos, donde les describe cómo quiere que sea su regalo, y que sea el coche "más mejor del mundo mundial". El problema, claro, es que ese coche no existe en este universo, ni va a existir jamás.
Por ejemplo, si es espacioso, será grande, y por tanto más difícil de aparcar. Será además pesado, y por tanto gastará más, y será más lento. Y también será más caro.
Si es rápido, tiene que pesar menos, y por tanto no puede ser grande y espacioso. Y para ser rápido tiene que quemar mucha gasolina, así que va a gastar mucho. Y también será más caro.
Para que gaste poco, tiene que ser un coche pequeño, y que no corra mucho. Al menos, eso suele ser más barato.
Y así, sucesivamente. Todo lo que ganemos en un frente, lo perdemos en uno o varios frentes diferentes. Al final, un coche que exista de verdad tendrá una cierta especialidad. Si te compras un todoterreno, será espacioso, (relativamente) rápido, y seguro; pero va a gastar mucho, no será fácil de aparcar, y tampoco será barato. Si compras un coche utilitario para moverte por la ciudad, será pequeño, barato, fácil de aparcar, y gastará poco; pero no va a correr mucho (igualmente, se supone que no vas a pasar de 120 km/h), puede que sea incómodo (sobre todo si es muy barato), y no será muy espacioso. Y, en general, si es barato no será muy bonito, pero en eso no vamos a entrar mucho porque ya es cuestión de preferencias.
Lamentablemente, no existe una palabra en español para referirse a este tipo de dilemas. Sin embargo, la hay en inglés, sobre todo en el ámbito de la ingeniería, y se llama "trade-off", a veces escrita directamente como "tradeoff". "Trade" es comercio o intercambio, y en este caso "off" es, probablemente, una abreviación de "offset", que signifia compensación. Es decir, un comercio, intercambio, o transacción, en la que compensas una cosa con la otra. ¿Con quién haces ese comercio? Pues, con el universo, o Dios, o las leyes de la termodinámica, o lo que sea que haya hecho que las cosas más espaciosas también ocupen luego más espacio y sean más difíciles de aparcar, o que para ir más rápido haya que gastar más energía, y por tanto no puedas gastar menos gasolina e ir más rápido.
En español tenemos, por supuesto, la maravillosa expresión de "las gallinas que entran por las que salen", pero no tenemos una palabra que podamos usar fácilmente para referirnos a estos dilemas. Y creo que es necesario tenerla en el vocabulario, así que propongo agenciarnos la palabra inglesa, cual piratas lingüísticos, y empezar a decir tradeoff cuando venga a cuento. Si la RAE lee esto, que por favor lo añada al diccionario.
También es importante, para entender este concepto, que hay tradeoffs que valen la pena más que otros. Por ejemplo, hay coches medios que hacen de manera decente un poco de todo. No es muy grande, pero tampoco vas muy apretado; gasta bastante poco, pero tiene la potencia necesaria para no ahogar el motor; es bastante cómodo, pero sin pasarse de caro. Para la inmensa mayoría de la gente, ese tradeoff es bastante más óptimo que un ferrari que corre mucho y es bonito.
Normalmente, para valorar qué tradeoff te sale más a cuenta, vas a comparar las gallinas que salen con las que entran. Si un coche es ligeramente más caro, pero mucho más espacioso, o rápido, o lo que sea que a ti te interese, entonces el tradeoff te sale rentable. Si otro coche es mucho más caro y apenas es un pelín mejor que otros, ese es un tradeoff que no te sale rentable. Intuitivamente, todos tenemos el concepto en mente cuando vamos a comprar cualquier cosa y nos ponemos a comparar.
Cómo pensar en tradeoffs
Aparte del concepto genérico, está bien valorar los tradeoffs en las decisiones que uno va a tomar en su propia vida. La descripción que he hecho hasta este momento es casi tautológica, y alguien con más habilidad lingüística lo puede resumir en 3 tuits. La razón por la que creo que ha valido la pena escribir esto es para plantear una estrategia de toma de decisiones en base a tradeoffs. La idea no es mía, ni mucho menos, esto está todo inventado.
En mi caso, he descubierto este planteamiento gracias al blog de Jacob Falkovich, llamado Putanumonit. Su misión en la vida es entender las cosas usando campanas de Gauss y números inventados (sus palabras, no las mías). Hace esto tanto, que explica su proceso para elegir con quién casarse usando una hoja de Excel. Voy a copiarme descaradamente su explicación, y dejaré aquí un ejemplo para comparar coches, ya que llevo todo este tiempo hablando de coches.
Lo primero es que, si ya sabes lo que quieres, te puedes ahorrar todo esto. Si tú te has encaprichado con un Tesla y te lo puedes permitir, no hace falta decidir nada. No será necesariamente la decisión más óptima, pero a lo mejor es la que te hará más feliz. Y si te hace feliz, es lo más óptimo para ti. Si la decisión afecta a más gente y no hay un consenso, o si no estás seguro de lo que quieres, es cuando vamos de verdad al primer paso.
AVISO IMPORTANTE: MATEMÁTICAS, EXCEL
Paso 1. Genera una lista de características que te importan. Por ejemplo, en un coche nos importa el precio, lo espacioso que es (lo podemos valorar en una escala de 1 a 10), y el gasto medio, en litros/100 km.
Paso 2. Decidir qué características son más importantes. La pregunta clave es: "si tuviera esto y sólamente esto, ¿estaría satisfecho?". Por ejemplo. Si en vez de conducir 30 min al trabajo, me pudiera sentar en una caja de cartón durante 30 minutos y después teletransportarme al trabajo, por el mismo precio, ¿estaría satisfecho? A lo mejor no, porque también me gusta ir en un coche bonito. O a lo mejor sí, porque me da igual lo que la gente piense. Lo importante es ser honesto con ti mismo para poder averiguar lo que de verdad quieres.
Paso 3. Si no tengo muy claro cómo valorar cada característica, hacer una regresión lineal. Te puedes saltar un par de párrafos de explicación e ir al Excel, pero yo lo encuentro intersante, sobre todo porque me costó un poco entenderlo.
Contando con las características que he planteado, sé de entrada que cada euro que me ahorro hace que el coche me guste más, y que cada litro de gasolina que ahorro también hace que el coche sea más deseable. Pero, de entrada, no sé comparar euros con “espaciosidad”. Lo que estamos intentando encontrar es la tasa de conversión de euros vs "espaciosidad" vs gasto de combustible. Puedes preguntarte cuánto pagarías porque el coche fuera un poco más espacioso, y vale más la pena hacer esto con números inventados que no hacerlo. Pero ya que estamos, nos vamos a poner algo serios, y usar lo mismo que usan las empresas para determinar cuánto cobrar por las cosas.
Paso 3.1. Creamos una lista de opciones hipotéticas que sean diferentes entre sí. En el Excel, he creado 12 ejemplos relativamente realistas. Cuantos más ejemplos pongamos, más se ajustarán los resultados a nuestras preferencias reales. También es importante que las opciones sean realistas; por ejemplo, puse números propios de un Ferrari a ver qué pasaba, y descuadraba todos los demás números, porque eran números muy alejados de todos los demás. Si tienes 100 ejemplos (y tiempo para valorarlos), puedes incluir un ejemplo extremo y no pasa nada. Pero con 12 ejemplos, un caso extremo lo manda todo al garete.
Paso 3.2. Ordenar las opciones hipotéticas. Comparamos cada pareja de 2 opciones entre ellas, y la que más nos guste la movemos arriba/abajo, hasta haberlas ordenado de más a menos preferida. Lo he hecho comparando filas y columnas, rollo hundir la flota. En cada celda, comparo la opción de la columna con la de la fila (A vs B, K vs L, etc). Un 1 significa que en esa comparación gana la columna (1a opción), y un 0 significa que gana la fila (2a opción). Cuantas más comparaciones gane una opción, más “nota” tendrá.
Al poner las notas en la tabla inicial, queda así:
Paso 3.3. Hacer una regresión lineal entre el Ranking y el resto de atributos. Eso nos permite saber el peso de cada característica respecto a las demás. En una casilla aparte, he escrito esto: =LINEST(B2:B13,C2:E13,0,0)
En esa casilla y las de su derecha, la fórmula nos devuelve unos pesos. He apuntado debajo de cada una lo que es cada número.
Así a ojo, resultas razonable que cada coche tenga mejor nota si gasta menos o si es más barato. Los pesos lo que marcan es cómo de importante parece ser cada uno de estos parámetros al compararlos. Por ejemplo, cada litro menos que gasto a los 100 le mejora la nota en un 0.38, pero cada euro que ahorro en el precio del coche la nota mejora muy muy poco, un 0.0001. Eso tiene sentido, porque los litros que gasta un coche rondan los 4-7 L/100km, mientras que el precio ronda los 10000-30000€, o lo que sea que estés dispuesto a pagar.
La "nota" que tendrá cada coche tiene ahora una fórmula definida, que responde a MIS preferencias. Con esa fórmula, puedo poner las características de cualquier otro coche que vaya a mirar al concesionario, y obtener un número que dirá lo bien o mal que los tradeoffs de ese coche se ajustan a MIS deseos/necesidades. Es lo que se suele llamar "figura de mérito". Nota = gasto*peso_gasto + espacio*peso_espacio + precio*peso_precio + constante. La constante es 0 en este caso, pero a veces es necesario que esté ahí.
Ahora que he conseguido unas sumas y multiplicaciones que escupen un número que expresa mi preferencia, puedo jugar con esa fórmula. Me añado una columna llamada Nota/figura de mérito, donde le digo a Excel que calcule esa fórmula para cada coche, y voy añadiendo ejemplos de coches que me puedo plantear comprar.
Miramos primero lo que hace con la nota de los coches que he usado de ejemplo para calcular estos pesos.
Si miramos con atención las 2 columnas de notas, veremos algo curioso. El coche que más veces ha ganado al compararse con los demás es la opción I, que ha ganado 11 comparaciones. Sin embargo, el coche que mejor nota saca al final es el A, que sólo ha ganado en 9 comparacioens. Esto es porque, a lo largo de las comparaciones, he sido incoherente. Así que el algoritmo se traga mis incoherencias, y escupe un número acordemente incoherente. Pero oye, son MIS incoherencias, esa es la gracia de todo esto.
Ahora, puedo añadir filas con datos de coches que me plantee comprar, y esto les pondrá nota según esas preferencias incoherentes y peculiares mías.
Entre estas 3 opciones que me he inventado, resulta que el que más me conviene es el 2o, que es el que mejor nota saca.
Ideas para perfeccionistas
Si te quieres poner en serio a hacer esto para elegir un coche, desde luego esto se puede hacer mucho mejor. Por ejemplo, contando cuántos km piensas hacer con el coche, cuánto cuesta la gasolina, y calcular cuánto te gastarías en gasolina con cada nivel de gasto, e incluyendo eso ya de entrada en el precio. Además, seguro que hay por lo menos 7 o 8 criterios que usas para valorar qué coche elegir.
Esto requiere su tiempo para hacerlo bien. No vale la pena hacerlo para cualquier cosa, pero en la vida hay decisiones que o son muy transcendentes, o son muy caras, y ahí vale la pena plantearse abrir el Excel y pasarse una tarde (o varias) valorando opciones. No haría esto para decidir entre varios modelos de lámpara para la mesita de noche, pero sí lo haría para elegir un coche, un piso, o el colegio de mis hijos (cuando tenga hijos).
La idea de esto es presentarte el cómo, y ya luego tú te lo puedes copiar y adaptar a tu manera. La hoja de Google Sheets que he usado es pública, la puedes copiar desde este enlace y adaptarla a tus necesidades, que pueden ser decisiones que no tengan nada que ver con coches: Tradeoff cuantificado . Si el link no funciona, escribe un comentario o manda un email, y haré algo para arreglarlo.
El tradeoff en el discurso político
Este concepto es muy necesario, sobre todo, en los asuntos de política. Cualquier ley, decisión o medida que tome un gobierno, el que sea, va a tener consecuencias positivas y negativas. Pero, por desgracia, los discuros políticos no suelen hablarnos como a personas adultas, sino que nos tienden a tratar como a niños que escriben la carta a los reyes magos. Desde el gobierno, siempre defienden que sus propuestas tienen todas las ventajas del mundo y ninguna desventaja. Y desde la oposición, se quejan de que las medidas adoptadas por el gobierno tienen todas las desventajas del mundo, y ninguna desventaja. La realidad es que todas tienen ventajas y desventajas, y hay que echar cuentas en cada caso para ver si las ventajas valen la pena para aceptar las desventajas.
Por ejemplo, la subida del salario mínimo, que vuelve a estar en boca de todos cada enero. Cuando el salario mínimo sube, hay muchas empresas, sobre todo pequeñas, que echan cuentas y ven que no les da para contratar a uno más, así que no contratan. Es decir, se crea menos empleo. Y muchos que cobran el salario mínimo, como su empresa no tiene para pagarles más, pasan a trabajar menos horas, lo que no siempre les compensa a la larga por temas de cotización en la seguridad social. Pero las ventajas son importantes también, porque un salario mínimo más alto permite a la persona que lo cobra vivir una vida más digna y llegar más cómodamente a fin de mes.
Un discurso responsable sería decir, desde el gobierno, que sí, que son conscientes de que se va a crear menos empleo, pero creen que todos, la sociedad en su conjunto, debemos valorar más el nivel de vida digno de la gente que está trabajando que el número total de gente que está trabajando.
Y desde la oposición, pueden decir también que valoran más la cantidad de gente que está trabajando que el nivel de vida mínimo de la gente que está trabajando.
Ambas posturas son igual de válidas, no es que una esté más equivocada o más acertada que la otra en términos objetivos. En términos subjetivos, cada uno tiene su nivel óptimo entre los 2 extremos, en el que puede decir que "aquí estaríamos bien". Y para eso está la democracia, para decidir como adultos en qué punto de ese contínuo queremos situarnos, y para informar mediante nuestro voto sobre cuál creemos que es la mejor opción.
Al igual que el todoterreno tiene ventajas importantes que valen la pena si vas a vivir en el monte, y que te compensa por las desventajas, y al igual que el utilitario tiene ventajas importantes que compensan si vives en la ciudad y asumes las desventajas, cada situación requiere otro tipo de tradeoff. E igual que si te mudas de la ciudad al monte o viceversa te conviene cambiar de coche, también conviene cambiar las medidas políticas según la situación sea una u otra.